La habitación era acogedora, con una decoración encantadora y personalizada que se notaba que había sido elegida con gusto. La cena preparada por Javier fue exquisita, y el desayuno era amplio y delicioso, acompañado de buena música que hacía el ambiente aún más agradable. El entorno natural era impresionante, con muchas rutas de senderismo accesibles. Los anfitriones, Malu y Javier, fueron súper amables y nos hicieron sentir como en casa desde el primer momento, compartiendo historias locales muy interesantes.

Habitación pequeña

Tuve una maravillosa experiencia en La Quinta Rural. Los anfitriones, Javier y Malu, son personas muy interesantes. compartimos charlas enriquecedoras. Además, disfruté de una deliciosa comida vegana, algo poco común en zonas rurales. El lugar tiene un encanto especial y muchas historias por contar.

El lugar es algo oscuro.